Cuando se trata de nutrientes esenciales, el yodo rara vez recibe la atención que merece. Sin embargo, este elemento simple es crucial para todo, desde la función tiroidea hasta el desarrollo cerebral, y muchas personas en el Reino Unido simplemente no están obteniendo suficiente. El Dr. David Brownstein, un defensor líder de la investigación sobre el yodo, lo llama "el nutriente más malentendido" – y no está equivocado.
El creciente problema de la deficiencia de yodo
El yodo juega un papel vital en el cuerpo, apoyando la tiroides, el cerebro, los senos, los ovarios, la próstata y el sistema inmunológico. A pesar de esto, los niveles han estado en declive durante décadas. El Reino Unido ahora se considera con deficiencia leve a moderada de yodo, con estudios que muestran que las adolescentes y las mujeres en edad fértil están entre las más afectadas.
A diferencia de algunos países, el Reino Unido no tiene un programa oficial de fortificación con yodo, lo que significa que la sal no se yodiza de forma rutinaria. Muchas personas asumen que una dieta normal proporciona suficiente yodo, pero simplemente no es así. Los productos lácteos y el pescado contienen yodo, pero la ingesta varía significativamente según los métodos de cultivo, la calidad del suelo y las elecciones dietéticas. Como resultado, las condiciones relacionadas con la deficiencia, como los trastornos tiroideos y los desequilibrios hormonales, se están volviendo cada vez más comunes.
El mito de que "obtenemos suficiente"
Una idea errónea común es que la deficiencia de yodo es cosa del pasado. En realidad, la ingesta de yodo ha disminuido significativamente a lo largo de los años, y las dietas modernas no proporcionan los niveles necesarios para una salud óptima.
La ingesta diaria recomendada (IDR) de yodo en el Reino Unido es de 150 mcg para adultos, un nivel diseñado para prevenir el bocio, no para apoyar la salud integral del cuerpo. Sin embargo, algunos investigadores argumentan que muchas personas necesitan cantidades mucho mayores para mantener la función tiroidea, el equilibrio hormonal y el apoyo inmunológico. Históricamente, el uso médico del yodo oscilaba entre 12.5 mg y 50 mg por día, es decir, de 100 a 400 veces la IDR.
El papel del yodo en la salud hormonal y glandular
La glándula tiroides es el sitio de almacenamiento de yodo más conocido, pero no es la única parte del cuerpo que depende de este nutriente esencial. Los senos, los ovarios, el útero y la próstata también requieren yodo para mantener tejidos saludables.
La deficiencia de yodo a menudo conduce a la formación de quistes y nódulos en los tejidos glandulares. Con el tiempo, estos pueden desarrollarse en condiciones más graves. De hecho, el tejido mamario concentra naturalmente el yodo, y la investigación sugiere que el yodo tiene un efecto protector contra la enfermedad fibroquística mamaria y posiblemente incluso contra el cáncer de mama. A pesar de esto, el papel del yodo en la salud hormonal rara vez se discute en la medicina convencional.
La importancia del yodo en el embarazo
Uno de los roles más críticos del yodo es en el desarrollo cerebral fetal. Los estudios muestran que incluso una deficiencia leve de yodo durante el embarazo puede conducir a un coeficiente intelectual más bajo en los niños, función neurológica deteriorada y retrasos en el desarrollo. Alarmantemente, muchas mujeres en el Reino Unido no alcanzan la ingesta recomendada de yodo antes o durante el embarazo.
Un estudio pionero encontró que los niños nacidos de madres que recibieron suficiente yodo en el inicio del embarazo tenían coeficientes intelectuales significativamente más altos que aquellos cuyas madres tenían deficiencia. Incluso un retraso de unas pocas semanas en la suplementación con yodo se relacionó con un rendimiento cognitivo reducido en los niños.
A pesar de esto, la mayoría de las vitaminas prenatales contienen solo pequeñas cantidades o carecen completamente de yodo. Dada la importancia del yodo para el desarrollo cerebral fetal, esto es una preocupación significativa de salud pública.
Cómo asegurarte de que estás obteniendo suficiente yodo
Con los niveles de yodo en las fuentes alimenticias variando ampliamente, es importante ser consciente de cómo obtienes este nutriente esencial. Aquí te mostramos cómo aumentar tu ingesta:
- Consume alimentos ricos en yodo – Las algas marinas son una de las mejores fuentes naturales de yodo, seguidas por el pescado salvaje, los lácteos orgánicos y los huevos. Sin embargo, los niveles pueden ser inconsistentes.
- Considera un suplemento de yodo – Un suplemento bien formulado de yodo con yodo e ioduro puede ayudar a cubrir la brecha, especialmente para quienes siguen dietas basadas en plantas.
- Usa sal sin refinar – A diferencia de la sal de mesa procesada, la sal marina natural contiene minerales traza que apoyan la absorción de yodo, aunque no son una fuente significativa de yodo.
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Limita la exposición a haluros – Sustancias químicas como el fluoruro y el cloro compiten con el yodo en el cuerpo. Reducir la exposición al agua clorada (y, cuando sea relevante, fluorada) y a los alimentos procesados puede ayudar a apoyar la absorción de yodo.
Un nutriente al que vale la pena prestar atención
A pesar de su importancia, el yodo a menudo se pasa por alto en las discusiones sobre nutrición. Muchas personas asumen que están obteniendo suficiente cuando, en realidad, la deficiencia está muy extendida. Ya sea para apoyar la función tiroidea, el equilibrio hormonal o el desarrollo cognitivo, el yodo es un nutriente que simplemente no podemos permitirnos ignorar.
Para quienes buscan optimizar su salud, asegurar una ingesta adecuada de yodo puede ser uno de los pasos más impactantes que pueden tomar.